Al ir resumiendo el planning que seguimos durante nuestros 10 días en Nueva York, aparecían multitud de anécdotas, curiosidades y recomendaciones que podían ser de utilidad. Por eso he decidido hacer un resumen con los puntos más importantes en este artículo.
Nosotros no llegamos a sacarnos la tarjeta NY city pass. Si bien puede ser interesante, te obliga a elegir entre una serie de museos y pierdes flexibilidad. Los planes que queríamos hacer no encajaban con los que cubría la tarjeta y decidimos no sacarla. Lo interesante fue que, gracias a los descuentos de estudiantes, días de acceso gratis a museos o por entrar en determinadas franjas horarias a los mismos, los tickets estaban descontados y ahorramos bastante más que si hubiésemos sacado la tarjeta.
Aprovecha los días que el acceso es gratis a los museos y saca la entrada con antelación para evitar largas colas o que te queden sin acceso.
Aprovecha todos los descuentos que hay: Descuentos de estudiantes o para distintas franjas de edad para los museos, bonos de metro, tickets de bajo coste que se venden a última hora en Broadway ... NY no es la ciudad más barata del mundo, pero si aprovechas bien las oportunidades, puedes ahorrar bastante dinero y hacer planes muy guays.
Hay multitud de empresas que alquilan bicis durante un par de horas o incluso durante un día entero. Si bien es la opción más sencilla, no tiene por qué ser la más barata. A través de la aplicación city bike podéis coger bicis que se encuentran ancladas en multitud de puestos a lo largo de la ciudad, de manera que podéis coger y dejarlas donde y cuando queráis. Y según los planes que queráis hacer, hay una opción de sacar un pase mensual y usarla todas las veces que quieras.
Los miradores tienen distintos precios en función de la hora a la que vayas a acceder. Si te da igual a la hora a la que ir y quieres ahorrarte un dinero, cuanto más temprano vayas, más barato será.
Coge el transporte público. A pesar de lo icónicos que son los taxis amarillos, la verdad es que suelen ser bastante caros en comparación con el metro o los buses. Y de hecho, el metro te conectará con puntos bastante alejados de
32 latas de sopa Campbell de Andy Warhol
Vista de Nueva York desde el Ferry de Staten Island
Cuando cojas el ferry para ver la estatua de la libertad, al llegar a Staten Island no corras a coger el siguiente ferry que vuelva a Manhattan. Te recomiendo que te quedes un rato contemplando la ciudad. Y si lo haces al atardecer, conseguirás vistas brutales y verás la ciudad alumbrarse al caer la noche.
Si bien los miradores más famosos son los del Empire State, Rockefeller center o el Edge Observatory. Sin embargo, conocimos durante el viaje a un chico que ya llevaba varios meses viviendo en NY y que nos recomendó ir al Summit por tres motivos. En primer lugar es una experiencia completa que no sólo consiste en ver Nueva York con vista de pájaro, sino que tiene una serie de atracciones bastante divertidas. En segundo lugar, las vistas que tienes son completamente limpias, es decir, sólo te separa del aire de fuera un cristal. En otros miradores hay barandillas o rejas metálicas que entorpecen las vistas (y las fotos). Eso sí, si tienes vértigo es lo peor que podía pasarte jeje. Y por último, te permite ver el Empire State y el Rockefeller Center, dos de los rascacielos más icónicos. Si te subieras al mirador de alguno de ellos, no lo tendrías en tus vistas.
Si sabes montar en bici, no dudes alquilar una y darte un paseo por central park o incluso bajar alguna de las grandes avenidas que hay en Manhattan. Verás la ciudad desde una perspectiva distinta y lo disfrutarás bastante.
Id a un concierto de Jazz. Era un plan con el que nosotros no contábamos de inicio y que sin embargo acabamos haciendo de casualidad. Nos encantó, lo disfrutamos muchísimo y nos dimos cuenta que hubiese sido un error no haber disfrutado del jazz en la ciudad que para muchos, es la cuna de este estilo musical. En Harlem hay bastantes pubs que hacen sesiones y conciertos por las tardes. Si puedes, pásate a uno de ellos.
Conoce Central Park de todas las formas posibles: haciendo un picnic, paseando, corriendo, en bici ... Uno de nuestros objetivos del viaje era que, al final del mismo, nos sintiésemos como unos neoyorquinos más en la gran ciudad. Hacer planes de este tipo de verdad que os hará sentir como si estuvieseis en casa.
Visitar la sala Treasures de la biblioteca de Nueva York. Tiene una inmensa riqueza cultural con uno de los primeros ejemplares de la Biblia de Gutemberg o los peluches originales de Winnie the Pooh, se encuentra en pleno centro de Manhattan y es un rincón del que no se habla mucho pero con una carga histórica que hace que esta esquina desconocida sea un imprescindible de la ciudad.
En los meses de verano el Ayuntamiento organiza multitud de planes al aire libre: Cine en Bryant Park y Central park, conciertos de Jazz en Little Island o Kayak en el Hudson. Si viajas en verano, aprovecha estos planes (además suelen ser tener acceso gratuito).
Concierto de Jazz
Vistas desde el Summit
Paseo en bici por la ciudad
La gente es súper cercana. Te hablan en la calle para decirte que la ropa te gusta o que algo que estás hablando en el metro le parece súper interesante. Puede resultar chocante esa cercanía en una ciudad tan grande, pero creo que es un aspecto muy positivo.
Conocimos a un montón de gente. NY es una ciudad muy cosmopolita y si te lo propones, te puedes empapar de la gente local. No tengas miedo a hablarles. EL inglés se les entiende bastante bien y una gran mayoría de la población habla español. Nosotros acabamos haciéndonos amigos de un chico colombiano que conocimos en Central Park y un día salimos de cervezas con él, y de un italiano con el que acabamos viendo el atardecer en Staten Island.