Durante nuestros cinco días en la capital portuguesa, tuvimos la oportunidad de explorar algunos de los lugares más históricos de la ciudad. Muchos de estos sitios están envueltos en historias y leyendas que, además de ser fascinantes, añaden una dosis de magia y encanto a Lisboa. Estas narrativas no solo enriquecen la experiencia, sino que también ayudan a comprender mejor la cultura local.
A continuación, te compartimos las historias que más nos llamaron la atención y que no te puedes perder en tu visita a esta increíble ciudad.
Estación de trenes, con la imagen de Sebastián I a la entrada
Sebastián I de Portugal, conocido como el Rey Perdido, fue un monarca cuya desaparición en la batalla de Alcácer Quibir en 1578 ha dado lugar a una fascinante leyenda.
En esa batalla en el actual Marruecos, Sebastián desapareció en circunstancias misteriosas y se le dio por muerto. Sin embargo, surgieron rumores y leyendas en Portugal que sostenían que el rey no había muerto, sino que había entrado en un estado de hibernación y regresaría para salvar a su país en tiempos de crisis. Esta leyenda, conocida como "Sebastianismo", perduró en la cultura portuguesa, alimentando la esperanza y el mito del regreso del rey perdido.
A causa de su desaparición, el imperio español gobernaría Portugal durante los siguiente 60 años.
Podéis encontrar una imagen de Sebastián a la entrada de la estación de Rossio.
La Iglesia de Santo Domingo, situada en el centro de Lisboa, es conocida por su historia trágica y su conexión con uno de los episodios más oscuros de la ciudad.
Se dice que debido a acto de vandalismo contra los judíos en un contexto de descontento social y político, una maldición cayó sobre la iglesia.
Según se cuenta, a raíz de dicha maldición tuvo que hacer frente a dos incendios y fue completamente destruida en el terremoto que asoló Lisboa en 1755.
Después de su último incendio, en 1959, se reconstruyó, dejando parte de su estructura quemada y derretida y dándole un aspecto completamente diferente a cualquier otro templo que hayáis visitado.
Interior de la Iglesia de Santo Domingo
João I de Portugal, conocido como João el Bastardo, ascendió al trono en 1385 tras la crisis dinástica que amenazaba la estabilidad del reino.
Hijo ilegítimo del rey Pedro I, João al principio fue marginado por su origen bastardo, pero fue aclamado por la nobleza portuguesa como rey después de la exitosa resistencia contra las tropas castellanas en la Batalla de Aljubarrota.
Su reinado dio inicio a un periodo de gran estabilidad y prosperidad para Portugal. Su figura es recordada como un símbolo de la fortaleza y la capacidad de superar desafíos políticos y militares.
Entre sus hijos cabe destacar la figura de su tercer varón: Henrique. Un importante promotor e investigador de la exploración y la navegación, que apoyó las primeras incursiones en la costa de Áfrico y afianzó las primeras rutas a América.
En el centro de la Plaça da Figueira podéis ver una imagen de este rey a caballo.
El 25 de abril de 1974, la Revolución de los Claveles transformó Lisboa y Portugal al poner fin a la dictadura del Estado Novo.
El nombre "Revolución de los Claveles" proviene del gesto simbólico de los soldados y civiles que colocaron claveles en los cañones de las armas como símbolo de paz, a raíz del clavel que Celeste Caeiro entregó a un soldado.
La Plaza del Carmen, en el corazón de Lisboa, se convirtió en un punto focal de esta revolución pacífica, que llevó a la instauración de la democracia en Portugal.
La plaza es recordada como un lugar clave donde la esperanza y el cambio se manifestaron a través de una simple flor, marcando el fin de décadas de represión.
Iglesia del Carmen en la Plaza del Carmen