Máscara funeraria en el Museo de El Cairo
Cuando vuelvo de un viaje y me preguntan qué tal me ha ido, muchas veces me bloqueo porque soy incapaz de resumir en pocas palabras todas las aventuras vividas, todas las historias que he conocido y los lugares que he visitado.
Por eso me gusta hacer un listado de los planes que más me gustaron. Aquellos que más quería hacer o que más me sorprendieron cuando los viví.
En Egipto, la historia antigua se entremezcla con una arquitectura imponente y una cultura que choca con todo a lo que estoy acostumbrado. Esto me dejó una sensación de haber vivido muchas experiencias en muy poco tiempo.
Así que aquí te dejo algunos de los planes que me hicieron sentir más vivo durante todo el viaje.
Pirámide de Kefrén
El plan por excelencia cuando visitas Egipto. Un imprescindible en la vida. Una de las siete maravillas del mundo antiguo y, sin duda, una de las razones principales por las cuales todos decidimos visitar este país.
Y es que por muchas fotos que hayas visto, nada se compara como la sensación de sentirse pequeño al estar rodeado por estas colosales estructuras creadas hace miles de años.
En el mismo recinto se encuentra la Gran Esfinge. Majestuosa y misteriosa, observa El Cairo y custodia las pirámides.
Te recomendamos que visites por dentro algunas de las pirámides. A pesar de que el interior no está tan bien conservado como el del Valle de los Reyes, es toda una experiencia que hay que vivir.
Sin duda el plan que más nos gustó de todo el viaje y que no puedes perderte. Una experiencia que hay que tener al menos una vez en la vida.
Aunque pensábamos que hacer un crucero por el Nilo podía ser un plan extremadamente turístico, la verdad es que nos encantó.
Tomamos una motonave en perfecto estado y con todas las comodidades imaginables, que nos llevó desde Luxor hasta Aswán. Y fue una experiencia increíble.
Poder surcar las aguas del Nilo, con tanta historia y que tan importantes han sido en la historia de la humanidad, no tiene precio.
Pero además es un espectáculo visual poder ver el contraste del agua y la vegetación próxima a la orilla, con las zonas más alejadas del río, completamente áridas y desérticas.
En Aswán tendrás oportunidad de ver las dos presas, imponentes estructuras claves para controlar las crecidas y proveer de un caudal constante.
Allí podrás disfrutar de los parajes más bellos de todo el río, con pequeños islotes llenos de juncos y una orilla árida donde poder hacer una parada y darte un baño en el Nilo.
Paisajes que veíamos a orillas del Nilo
Colosos a la entrada de Abu Simbel
Abu Simbel es una de las grandes maravillas de Egipto que no te puedes perder.
Ubicado a orillas del lago Nasser, en pleno desierto nubio y a unos 280 km al sur de Asuán, se alzan imponentes los templos excavados en roca que Ramsés II mandó construir hace más de 3.000 años. Dos templos que no solo sorprenden por su escala colosal, sino por la historia que encierran y el milagro moderno que permitió conservarlos.
El Gran Templo de Ramsés II, con sus cuatro estatuas gigantes flanqueando la entrada, está dedicado al faraón divinizado y a los dioses Amón, Ra y Ptah. A su lado, el templo menor, aunque no menos impresionante, fue erigido en honor a Nefertari, su esposa favorita. Es uno de los pocos templos del Antiguo Egipto donde una reina tiene casi el mismo protagonismo que el faraón.
Aunque nos decepcionaron un poco porque íbamos con unas expectativas muy altas, no podemos negar que atravesar la gran fachada resguardada por impresionantes colosos a la luz del amanecer, es algo incomparable.
El Cairo es una ciudad única. Caótica y masificada, pero llena de ambiente y de vida. Con mucha historia y lugares impensables hasta que los ves por primera vez. Continuos contrastes, luces y ruidos te rodean cuando pasas por cualquier punto de la ciudad.
Y aunque lo más icónico de El Cairo son sin duda las pirámides de Guiza, tuvimos la suerte de poder disfrutar de algunos de sus lugares más emblemáticos, como la Ciudadela de Saladino, el bazar de Khan el Khalili o la Mezquita de Alabastro, una de mis favoritas.
Esta Mezquita, que se encuentra en el interior de la ciudadela de Saladino, fue construida por orden de Mohamed Alí, quien es considerado el padre del Egipto moderno. Inspirada en la Mezquita Azul de Estambul, destaca por su interior lleno de lámparas y por su patio de mármol blanco muy cuidado. Las vistas que hay desde su terraza, de toda la ciudad, son completamente espectaculares y seguro que te encantarán.
Patio interior de la Mezquita de Alabastros
Luces interiores en la Mezquita de Alabastro
Uno de los planes que más me sorprendió de todo el viaje fue poder pasear por el bazar de Khan el Khalili.
Con multitud de pequeñas tiendas, pasear por su interior es sinónimo de viajar al pasado. Colores por todos lados, olores de los inciensos encendidos en los escaparates y luces de todas las formas colgadas de las ventanas.
Entre el barullo de tiendas podrás encontrar pequeñas mezquitas y restos de casas antiguas de la época medieval donde aún siguen viviendo familias.
Uno de los lugares con más encanto de toda la ciudad, donde te recomiendo que te pierdas entre las callejuelas y camines sin rumbo, parándote en los lugares que más te llamen la atención.
Mercado de Khan el Khalili
Panorámica desde la cima del pueblo Nubio
A pesar de ser uno de los planes más turísticos que hicimos en todo el viaje, visitar el pueblo Nubio fue todo un acierto.
En primer lugar, sus pequeñas casas a orillas del río tienen un encanto diferente al de las grandes ciudades que puedes encontrar en Egipto.
Pero lo mejor sin duda es alcanzar una de las cimas de las montañas donde se ubica el pueblo Nubio de Asuán, para poder disfrutar de una de las mejores panorámicas de todo el viaje.
Una vista espectacular del río Nilo atravesando una zona llena de rocas y juncos, dejando un agua limpia y cristalina que deja pequeños remolinos.
Una de las mejores postales que puedes llevarte del viaje.
Visitar templos es un indispensable de Egipto. Una manera única de sumergirte en su cultura, historia y religión. Poder disfrutar de su vibrante mitología y disfrutar de algunos de los jeroglíficos mejor conservados de todo el mundo.
Personalmente, hubo dos templos que me gustaron especialmente: los templos de Luxor y Karnak, ambos en la ciudad de Luxor. Y es que hay varios motivos para que me gustasen tanto.
En primer lugar, se encuentran perfectamente conservados. Pasear entre las enormes salas de columnas en ambos templos y disfrutar de las imágenes que hay en las mismas, fue una experiencia irrepetible.
Por otra parte, los complejos son sorprendentemente grandes. Puedes pasarte horas paseando en su interior y descubriendo los secretos ocultos por todos sus rincones.
Además, la fachada del templo de Luxor, con sus colosos de granito negro y el obelisco de la entrada, son una de las mejores postales que puedes conseguir en todo el viaje.
Finalmente, ambos templos están unidos por un paseo de 3 Km rodeado de esfinges que le da un encanto especial a los dos templos.
Sin duda un indispensable del viaje.
Entrada al Templo de Luxor
Entrada al Templo de Karnak
A orillas del río Nilo se encuentra este espectacular templo dedicado a dos dioses: el dios Sobek, dios cocodrilo, asociado al Nilo, la fertilidad y la fuerza, y al dios Horus.
Este templo, en magnífico estado de conservación, tiene una de las fachadas más espectaculares que vi en todo Egipto. A pesar de que es sencilla, los jeroglíficos se conservaban en perfecto estado. Tanto es así, que muchos de ellos aún conservan sus colores.
Pero lo más especial del Templo de Kom Ombo, son algunas representaciones únicas en todo Egipto.
En primer lugar, jeroglíficos que representan los instrumentos médicos que se usaban en la época.
Asimismo, hay un calendario único en su especie, que muestra cómo medían el tiempo los egipcios y cómo se repartían diariamente las tareas a realizar en el templo.
Para los más curiosos, a la salida del templo hay algunos cocodrilos momificados y algunos restos de vasijas e iconos que se encontraron en la zona.
Jeroglíficos en el templo de Kom Ombo
Templo de Philae
A pesar de que, después de ver unos cuantos templos, todos te pueden parecer parecidos (y tienes parte de razón), no podemos negar que cada uno tiene un encanto especial que hace que valga la pena disfrutarlo.
El templo de Philae, dedicado a la diosa Isis, se encuentra en una isla, ubicada antes de la presa de Asuán.
Se encuentra increíblemente bien conservado, con una sala de columnas interior excepcional y un altar de granito negro que, según dicen, tiene conexión con el más allá.
Aunque lo más espectacular es la postal del templo cuando te acercas con el barco. Si tienes la suerte de verlo al amanecer o al atardecer, una luz cálida te permitirá disfrutar del lugar mágico y de su espectacular entorno natural.
Sakkara es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Egipto.
Es una visita imprescindible si te acercas al Cairo, porque Sakkara tiene mucha historia. En el pasado fue la necrópolis principal de la antigua capital egipcia, Menfis, y es conocida sobre todo por albergar la Pirámide Escalonada de Zoser, considerada la pirámide más antigua del mundo.
Si te acercas, no puedes perderte una vistia a la pirámide y al complejo funerario, la sala de columnas y las impresionantes vistas que hay de la gran pirámide roja, la primera gran pirámide de Egipto con sus laterales perfectamente lisos.
Pirámide escalonada de Sakkara